martes, 30 de diciembre de 2008

La pobreza, ¿es psicológica?

Mi madre dijo el otro día que, si le dieran 3000 euros mensuales a cada persona para siempre (se entiende que subiría con el IPC, por supuesto), al final de unos cuantos años, habría ricos y pobres igualmente.

La riqueza no está en cuánto se gana, sino en cuanto se gasta respecto a esa ganancia. Es obvio, por supuesto, pero mucha gente hoy en día todavía no lo comprende. Se escandalizan con sueldos elevados de otros países y se quejan del suyo, por simple comparación. Pues no, no se puede comparar sin tener en cuenta los impuestos de un país, el nivel de vida, etc. Una persona sola, cobrando 1000 euros en una ciudad pequeña y barata probablemente pueda permitirse muchos más caprichos que alguien que cobre 2000 en una ciudad grande y bulliciosa.

Claro que, por suerte, esto también depende de cada uno. No todas las personas son capaces de gestionar correctamente sus ganancias, mientras que otras pueden hacer auténticas virguerías con lo mismo que a algunos no les llegaría para vivir.

La clave se llama prioridades.

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