martes, 23 de junio de 2009

Desmitificando a Adama

Battlestar Galactica es una serie con la que disfruté muchísimo: agradable ciencia ficción utilizada como marco para narrar una historia que se repite en el tiempo, la lucha por la supervivencia. Exceptuando capítulos puntuales, logró mantener el ritmo durante cuatro temporadas y terminó de un modo bastante satisfactorio, aunque no haya sido el final deseado por muchos fans y a pesar de haberse dejado bastantes cosas sin explicar.

Sin embargo, es su carácter ficticio la razón de que me haya gustado. ¿Tendría la misma opinión si no fuese una serie fantástica? ¿Apoyaría la realidad que presentan? La respuesta es no. Durante todos sus capítulos han ido tocando distintos temas cuya resolución me pareció correcta en el guión, pero que jamás habría aceptado si no se tratase nada más que de una invención con la que entretenerme.

A partir de aquí, no recomiendo que lea nadie que no haya visto todos los episodios, puesto que contiene spoilers.

Tiranía

¿Quién no aplaude a William Adama cuando toma una decisión a expensas del gobierno? ¿Quién no adora que tome el mando, con su sabiduría y experiencia, y se haga cargo de cualquier situación? Es Adama, es un hombre honesto y leal, nadie dudaría de su capacidad... pero aquí estamos todos, alegrándonos de que las decisiones de una persona con poder venzan a la democracia.

Aborto

Una de las cosas que me llamó la atención fue lo poco que duró la mención a este tema como un ejemplo de libertad. En un episodio concreto, de repente se prohibía el aborto por decisión propia y solo se permitía en casos extremos. ¿La razón? Hay que salvar a la especie humana, necesitamos niños. ¿Seríamos capaces de restringir nuestras propias libertades para mantener una sociedad que nos las quita?

Pena de muerte

Otro tema peliagudo que la serie trata con tranquilidad; todos vitoreamos cuando por fin matan a los dos grandes traidores, tirándolos por la escotilla. Nadie lo duda: son malos, merecen la muerte. Por supuesto, todo esto en el marco de la ficción anteriormente mencionada. Si nos paramos a reflexionar sobre este tema, deberíamos escandalizarnos por nuestra propia aceptación de algo con lo que, realmente, no estamos para nada de acuerdo.

Odio interracial

Los cylons son malos. Son el enemigo. Unos nos atacaron, entonces está claro que, por definición, todos son malos. Es prácticamente la misma generalización que se hace con numerosos sectores en la vida real, aunque aquí no dudamos de su maldad hasta que nos muestran lo contrario. Suerte que lo hacen pronto.

Exculpación del terrorismo

Uno de los personajes que adquiere una posición política ventajosa es un ex-terrorista que se dedicaba a poner bombas y matar inocentes. Aquí, sin embargo, creo que el público de la serie no estaba, en general, conforme. Todos deseábamos deshacernos de él y yo, personalmente, jamás entendí cómo pudieron aceptar que ejerciese semejante papel.

Religión

Este es, probablemente, el tema más recurrente y controvertido de toda la serie. Auténticos desvaríos enfermizos con visiones celestiales y enviados del auténtico dios, y no de los dioses de Kobol. El último episodio, concretamente, me resultó bastante decepcionante en este aspecto. ¿Gaius Baltar es un ángel? ¿La persona más miserable, egoísta y ambiciosa que han llegado a mostrar es el enviado que conduce a la humanidad a su salvación? Habría aceptado que simplemente fuese un sinvergüenza sin escrúpulos, capaz de vender a su madre por pipas, y que se librase de sufrir castigo alguno por ser un superviviente nato. Es indescriptible lo surrealista que resulta ver que el mensaje divino se puede resumir en: "pisa a todos los demás seres en tu camino para llegar a donde deseas, puesto que así alcanzarás la salvación eterna". ¿Y Kara? ¿Era otro ángel? ¿Una aparición? ¿Un fantasma? ¿Una alucinación? Podrían haberle sacado tanto partido a resolver ese misterio... supongo que, al final, se quedaron sin ideas.

A pesar de todo esto, no voy a decir que la recomiendo, porque espero que todos los que hayan leído lo anterior ya la hayan visto. No quiero fastidiársela a nadie, por eso he avisado ;) No creo que sea necesario repetir que la he disfrutado mucho. Es una serie de gran calidad, que ha conseguido sorprenderme hasta en su último capítulo. La he vivido con emoción y empatía, y me alegro enormemente de que supiesen terminarla a tiempo, antes de destrozarla como ha pasado con otras.

Un último apunte-spoiler: el que no haya derramado una lagrimita cuando Adama le pone el anillo al cadáver de Roslin, no es humano... es un cylon ;)

 
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