miércoles, 31 de diciembre de 2008

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.


Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,

y tiritan, azules, los astros a lo lejos".


El viento de la noche gira en el cielo y canta.


Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Yo la quise, y a veces ella también me quiso.


En las noches como esta la tuve entre mis brazos.

La besé tantas veces bajo el cielo infinito.


Ella me quiso, a veces yo también la quería.

Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.


Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.


Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.

Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.


Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.

La noche está estrellada y ella no está conmigo.


Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.

Mi alma no se contenta con haberla perdido.


Como para acercarla mi mirada la busca.

Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.


La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.

Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.


Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.

Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.


De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.

Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.


Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.

Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.


Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,

mi alma no se contenta con haberla perdido.


Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,

y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.


- Pablo Neruda.


martes, 30 de diciembre de 2008

La pobreza, ¿es psicológica?

Mi madre dijo el otro día que, si le dieran 3000 euros mensuales a cada persona para siempre (se entiende que subiría con el IPC, por supuesto), al final de unos cuantos años, habría ricos y pobres igualmente.

La riqueza no está en cuánto se gana, sino en cuanto se gasta respecto a esa ganancia. Es obvio, por supuesto, pero mucha gente hoy en día todavía no lo comprende. Se escandalizan con sueldos elevados de otros países y se quejan del suyo, por simple comparación. Pues no, no se puede comparar sin tener en cuenta los impuestos de un país, el nivel de vida, etc. Una persona sola, cobrando 1000 euros en una ciudad pequeña y barata probablemente pueda permitirse muchos más caprichos que alguien que cobre 2000 en una ciudad grande y bulliciosa.

Claro que, por suerte, esto también depende de cada uno. No todas las personas son capaces de gestionar correctamente sus ganancias, mientras que otras pueden hacer auténticas virguerías con lo mismo que a algunos no les llegaría para vivir.

La clave se llama prioridades.

sábado, 27 de diciembre de 2008

Planeta virtual

Internet se ha convertido en un reflejo de la sociedad actual. Esta frase, tan frecuente hoy en día, está llena de matices. La red no es simplemente un reflejo, es una sociedad parcialmente nueva, dinámica y cambiante, donde aparecen representados tanto colectivos reales y habituales como comunidades emergentes que no tendrían cabida en el mundo físico que nos rodea. Cuando me detengo a reflexionar sobre esto, siempre pongo como ejemplo al Menéame, tanto por la cantidad de usuarios que tiene (lo cual permite elaborar ciertas estadísticas medianamente fiables) como por el tiempo que invierto en esa web. Si observamos por un momento el funcionamiento del sitio, encontraremos equivalentes sociales de casi cualquier cosa.

· Núcleos
Uno de los efectos de la convivencia es la formación de pequeñas o no tan pequeñas agrupaciones de personas/usuarios particularmente afines. En algunos casos, los grupos formados se jerarquizan, sin necesidad de que exista un líder nato, puesto que a veces el que se erige a sí mismo como líder no es más que un muñeco al que el resto manipula; en otros casos, existe un cierto equilibrio, donde todos tienen voz y voto y prevalece el respeto mutuo. Algunos pseudonúcleos que se llegan a formar son, incluso, transitorios, similares a los grupos de personas que olvidan sus rencillas personales en momentos dramáticos o futbolísticos.
· Alteradores:
En toda sociedad pacífica siempre termina apareciendo un elemento de ruptura, que se encarga de quebrar el ambiente distendido sembrando el caos y el conflicto. Estos individuos no reflexionan antes de generar una discusión, o reflexionan demasiado. Su única finalidad aparente es desviar la atención hacia sí mismos e intentar denostar al resto, con poca educación unas veces o con exceso de ella para poder hacer de víctimas si su objetivo no se cumple. Estos últimos tienen seguidores que se dejan deslumbrar por frases vacías, así como detractores que no se dejan engañar por sus métodos enrevesados. Los provocadores natos, que a menudo caen en el insulto y la descalificación, son mucho menos peligrosos, puesto que se dejan en evidencia y la propia sociedad procura eliminarlos.
· Anónimos:
Si bien esto es algo que se puede dar en el mundo real™, en el caso de la red es exageradamente frecuente. Son individuos se amparan en el anonimato de un nick para generar el caos como los alteradores, pero van más allá todavía. Nunca dan la cara, su cobardía es suprema y sus métodos más rastreros, si cabe. Se dedican a navegar acariciando los límites entre lo legal y lo ilegal, cuando no los atraviesan drásticamente. Son perversos y, probablemente, desequilibrados. No está claro ni siquiera que posean un objetivo, puesto que eso podría exceder sus capacidades. Por su culpa estamos sumidos en debates sobre la necesidad de filtrar contenidos o controlar el tráfico en internet.

Pero no todo es negativo en esta sociedad virtual en la que estamos sumergidos. Gracias a la globalización existente, aparecen formas de relacionarse que no solo sustituyen a las reales, sino que las complementan.

· Amistades:
Es sabido por todos que la red permite contacto entre las personas sin el mismo compromiso que se genera en la interacción física. No hay miradas incómodas, ni las mismas obligaciones. Uno puede expresar libremente sus miedos, inquietudes o deseos gracias a ese anonimato del que otros abusan, creando vínculos con usuarios que pueden satisfacer parcialmente las necesidades de relacionarse con otros individuos. Es el paraíso de los tímidos, capaces de mostrarse abiertamente y sin complejos, para terminar conociendo a otros como ellos y formar núcleos estables. Otra de las ventajas de internet respecto al mundo físico es la posibilidad de comunicarse a distancia, instantánea y simultáneamente con varias personas, lo cual permite generar amistades que se mantienen a miles de kilómetros con una facilidad pasmosa.
· Familias:
No, no es un concepto mafioso. Las familias reales están compuestas por individuos que comparten lazos de sangre y parentesco, impuestas y no elegidas. Esto no las convierte necesariamente en no deseadas, pero limita la potencialidad de este núcleo de personas. En la red, sin embargo, cuando la amistad llega más lejos, cuando los alias ya no son simplemente apodos y hasta se ha traspasado la barrera virtual para mostrarse físicamente, aparece una nueva agrupación, más sólida, que se podría denominar familia. Este núcleo genera conflictos, diversión, preocupación y todas las emociones posibles, siendo mucho menos estanco que una familia normal. Los individuos que la conforman no están atados por un compromiso, pudiendo incorporarse o abandonarla en cualquier momento, pero los lazos que se han formado son más difíciles de romper, hasta el punto de que un grupo de palabras escritas por un simple nick en la pantalla pueden producir más reacciones en nosotros de las que cabría esperar. La familia es dura, sincera, pero está ahí cuando hace falta, prestando apoyo incondicional y haciendo nuestra vida un poco más completa.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Fábula invernal

Un granjero se encontró un día a un pequeño angelito enganchado en un árbol. Era del tamaño de una mariposa, pero su color dorado resaltaba sobre el fondo blanquecino de la nieve que cubría los abetos.

El granjero se lo llevó a su casa, lo puso junto al fuego para que entrase en calor y le hizo una camita a su medida. El angelito, satisfecho, obsequió al amable aldeano con las insólitas narraciones de sus aventuras a lo largo de la Historia.

Día tras día, iban trabando amistad, pues el hombre antaño se sentía solo y el angelito estaba cansado de recorrer mundo. Sin embargo, una noche, el granjero se acercó sigilosamente a la camita del ángel y le cortó las alas.

A la mañana siguiente, el pequeño angelito había desaparecido y el hombre volvió a quedarse solo.

Años después, en la época de las nieves, recibió la visita de otro ángel que, enfurecido, le preguntó el porqué de aquella terrorífica acción.

- Tenía miedo de que un día se marchase y volviese a sentirme solo - contestó el granjero.

- Pues hiciste lo único que podías hacer para apartarlo de tu lado: robarle la libertad.

 
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