jueves, 30 de abril de 2009

Ego

El ego es como una mosquita cojonera que todos tenemos. No solo nos molesta a nosotros cuando se siente en inferioridad, sino que también se dedica a molestar a otros para intentar paliar ese sentimiento negativo, como si fuese expulsada por su portador hacia pobres inocentes que no tienen la culpa de sus complejos.

Hoy (ayer) ha pasado algo que mi mente ya había previsto, en lugar de desconcertarme. En Menéame han baneado a un usuario conocido y ha traído las consecuencias que eran de esperar. Ha habido protestas por todas partes de gente que no sabe qué ha sucedido y que consideran que no se le deben aplicar las mismas normas que al resto. Es irónico que, justo los que piden eso, se quejan de que las normas no se aplican de manera equitativa.

Si nos ponemos en antecedentes, se trata del caso de una persona que entró en la web, se dedicó a enviar masivamente noticias de blogs populares ya conocidos y a conseguir karma. Como los blogs eran buenos, las aportaciones eran buenas, así que le reportó una fama que, merecida o no, se esforzó en mantener. Hasta aquí nada me parece reprochable, si bien es cierto que había varios excesos de envíos de las mismas webs de siempre y jamás aceptó críticas por eso.

Para caer bien entre el resto de la comunidad, se dedicó a votar positivo a todos los que comentasen en sus meneos: os regalo karma, os tengo contentos. No me parece tampoco reprochable, aunque sí pienso que era una metodología con segundas intenciones, pero eso es un pensamiento propio. Las veces que se pasaba (como lo comentado anteriormente de su abuso de fuentes), se le daba un toque como al resto de usuarios, pero reaccionaba de manera muy exagerada, considerando que las normas no debían ser así, no debían ser aplicables para él y siempre riéndose y simulando buen rollo. Era simple hipocresía; fingía estar contento siempre pero cuando algo no le gustaba procuraba darlo a conocer a toda la comunidad para que lo consolasen y arropasen.

Resulta desagradable ver cómo un usuario, un simple nick, que no era absolutamente nada antes de Menéame se dedicó a obtener fama para ahora utilizarla en contra del medio por el que la obtuvo. De hecho, cuando al final se pasó de la raya, después de muchos toques de atención en los que los usuarios no-tan-famosos no repararon, se le aplicaron tajantemente las normas como al resto. ¿El resultado? Oleadas de protestas por lo injusto del asunto. No es un llamamiento a la democracia, lo que están haciendo es seguir a un líder karmático que se ha reído en su cara.

La discusión que se ha generado (porque de debate tiene poco) es sobre las normas y sobre la devolución de su cuenta. Es decir, que pretenden que las normas no se apliquen a un usuario concreto a pesar de habérselas pasado por el forro y, de paso, que se revisen porque no están conformes con ellas. Normas que ese usuario conocía perfectamente desde hace mucho tiempo, que se recuerdan constantemente en cada envío que roza el incumplimiento y que están a disposición de todo el mundo. Esto me hace reflexionar. Siempre que salen meneos sobre las leyes de un país, todo el mundo está de acuerdo con que deben ser acatadas para poder estar en ese país, a pesar de que eso sigue siendo democracia. Para mantener una web sin que se salga de madre, es lógico que haya unas normas, al igual que las hay en cualquier comunidad. Esas normas son públicas y se exige su lectura y aceptación para poder acceder a Menéame, pero varios usuarios protestan por ellas. Si no estaban de acuerdo, ¿cómo pudieron mentir al registrarse? En cualquier otro sitio, eso debería suponer la expulsión automática.

En resumen: me apena que la gente sea utilizada de este modo y que se dejen llevar por una imagen que no es más que una máscara, pero supongo que ellos se lo han buscado al no indagar más allá de la superficie.

Misticismo

Existen, como mínimo, dos versiones de cada cosa. De manera irremediable, tendemos a quedarnos con una de ellas, la más cercana, la que más conocemos, aquella de la que tenemos más datos. Eso, por supuesto, puede llevarnos a errores; la información sesgada nunca es verídica al 100%.

Hay veces, muchas, en las que, además de la información de la que disponemos, nos dejamos llevar por un sexto sentido. Esa intuición que nos ha acompañado durante años y que nos ayuda a tomar decisiones, es la que nos permite ver más allá de la superficie. Nos ayuda a distinguir los matices grises ocultos entre blancos y negros. Nos coge de la mano y nos guía hacia bifurcaciones que desconocíamos; nos protege, nos ayuda y nos ofrece nuevas salidas a encrucijadas.

¿Es algo "paranormal"? ¿Místico? ¿Sobrenatural? Yo creo que no. La intuición podría prepararse en un laboratorio si existiesen los componentes abstractos que la forman. Por ejemplo, en mi opinión, mezclaría lógica y experiencia, así como capacidad de análisis y (fundamental) de observación de detalles. Siguiendo patrones que nuestro propio cerebro genera, podemos inferir sucesos y comportamientos, razonándolos en base a eventos pasados que produjeron las mismas consecuencias. A veces, incluso, podemos ir más allá y extrapolar. La intuición forma parte de esa capacidad magnífica del ser humano (y de otras especies en mayor o menor medida) que es la predicción del futuro.

Y mi instinto me dice que, en un futuro muy cercano, me tocará irme a dormir :D

jueves, 23 de abril de 2009

Loosers y lusers

Hay debates que es mejor no comenzar. Discusiones, siendo más correctos. No es una cuestión de perder o ganar, sino de la futilidad del asunto. Pongámonos en situación:

Individua A (IA) decide que necesita un ordenador nuevo. ¿Razón? A veces no le enciende bien. Individua Pringada 1 (IP1), uséase, yo, le dice que probablemente sea la fuente de alimentación (sin tener ni guarra del tema, pero por la experiencia acumulada previamente). IA decide comprarse un ordenador nuevo ignorando el tema. Por supuesto, lo paga el Departamento (1000 euros de PC superpotente para "mover unas fotos" que no le daban problemas en el PC anterior). Total, paga el estado.

IP1 decide dar el visto bueno a cada pregunta que le hacen, puesto que ha descubierto que es el mejor método, así no le rompen la cabeza.

El nuevo PC llega al Departamento. Lo trae un pobre Individuo Pringado 2 (IP2). IA le dice que le deje el nuevo PC tal cual estaba el anterior (es decir, con todos los archivos volcados, todos los programas instalados, las configuraciones guardadas, etc). IP2 refunfuña, pero lo hace (supongo que por miedo a que le obligasen a llevar el ordenador de vuelta y perder la venta). Lógicamente, hay cosas que no puede terminar y se tiene que ir, así que le dice a IA que ya se pasará en otro momento. IA exige que venga pronto para que haga cosas como instalarle la impresora. IP2 se va.

Al día siguiente, IP1 observa el panorama. El nuevo PC da los mismos errores que el anterior (lógicamente, está tal cual estaba el otro), excepto problemas de encendido (porque tiene una fuente de alimentación nueva, claro). Además, hace cosas como hibernarse, algo muy complicado de arreglar, por lo que IA llama a IP2 para que venga lo antes posible. IP2 no aparece.

IA, terriblemente furiosa, comienza una diatriba sobre lo irresponsables que son los informáticos y que no saben hacer su trabajo. También argumenta que ya lo ha discutido más veces y que ella no tiene por qué saber usar un ordenador, puesto que un informático tampoco sabe usar una máquina de PCR. IP1, alucinando, no entiende cómo una profesora titular de universidad puede caer en semejante incultura como para confundir informáticos, servicios técnicos e expertos en electrónica entre sí; además, IP1 tampoco comprende cómo una persona con estudios utiliza de argumento "no necesito saber de eso". IA sigue despotricando.

IP1, a sabiendas de que no debe meterse en la conversación, no se resiste y lo hace. IP1 advierte que el trabajo del IP2 no es obedecer a los designios del comprador, sino traer el PC y comprobar que funciona. IA dice que para eso la avisase antes, que buscaba en otro sitio, que eso se lo tienen que hacer los de la tienda. Para no utilizar lenguaje técnico incomprensible, pone como ejemplo conducir un coche. IA ignora el argumento y repite lo de la máquina de PCR. IP1 insiste en que un informático no tiene que usar una máquina de PCR, pero un titular, un camarero o un científico de la NASA sí tienen que usar ordenadores y qué menos que saber hacer cuatro cosas básicas para no depender de otros. IA dice que no es su medio de trabajo. IP1 le recuerda que necesita trabajar con el ordenador. IA argumenta que solo necesita saber darle a las teclas. IP1 la deja por imposible.

Moraleja: lusers habrá siempre. La sociedad debería ignorarlos hasta que se esforzasen por aprender. Yo, por mi parte, contesto a todo que sí, o que no, sin escuchar la pregunta. Creo que lo mejor es dejar que lidien ellos solos.

miércoles, 22 de abril de 2009

Delicias cotidianas

- Que un vecino espere a que llegues al ascensor antes de darle al botón y te ahorre la espera a ti.

- Que dos hileras de coches en paralelo se aparten hacia los laterales de manera simultánea porque se acerca una ambulancia.

- Que alguien se levante en el autobús para ceder el sitio a un ancianito.

- Que un desconocido te de las gracias de forma muy sincera y educada por haberle ayudado en algo.

 
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