lunes, 27 de julio de 2009

Yo, clon

¿Existen clones auténticos en la naturaleza?

Sí.

Un tema tan peliagudo como este podría haber sido resuelto de modo simple con esta pregunta y esta respuesta. Sin embargo, es imposible olvidar el antropocentrismo que nos mueve y nos engloba, así que esta pregunta, obviamente, no se puede resolver con una respuesta tan sencilla.

La clonación humana, ¿es posible?

Depende.

Lo sé, es una respuesta muy gallega, pero ahora mismo es la más adecuada. Depende de qué se entienda por clonación. ¿Clones genéticamente idénticos? Sí, se puede. ¿Clones sensu stricto? No.

¿Qué es un clon?

Hay dos formas de definir un clon, siendo ambas correctas:

  • Individuo o conjunto de individuos genéticamente idénticos a aquél del que proceden.
  • Copia idéntica de un organismo


Estas dos definiciones, tan parecidas, tienen un matiz muy importante que las diferencia en un aspecto concreto. Según la primera, los gemelos monocigóticos univitelinos serían clones, pero si aplicamos la segunda definición, esto no sería así.

¿Por qué los gemelos idénticos no deberían ser considerados clones?

El genoma del cigoto es constante en todas sus células, salvo excepciones puntuales que ya comentaré algún día. Cuanto más tardía sea la división mitótica del mismo para dar lugar a dos individuos independientes, mayor será el parecido de estos; sin embargo, nadie duda que el genoma sigue siendo el mismo aunque la división sea temprana. ¿Por qué estas diferencias tan marcadas, entonces?

La genética no existe sin el ambiente. Considerar ambos conceptos por separado a menudo supone un grave error. Sin ir más lejos, solo pensando en el desarrollo que sufre un embrión ya nos encontramos con un par de efectos que tienen una importancia suprema a la hora de determinar el destino molecular del individuo:

  • Norma de reacción: se trata del patrón de expresión fenotípica según los ambientes en los que se expresa un mismo genotipo. Esto implica que no siempre que se poseen unos genes concretos se va a obtener un fenotipo exactamente igual derivado de esos genes. El útero materno, incluso en el caso del mismo saco placentario, no conforma un ambiente único, puesto que cada embrión se asienta en un punto diferente, con sus respectivas condiciones, por sutiles que sean las variaciones de las mismas.
  • Ruido de desarrollo: son los sucesos aleatorios que tienen lugar durante el desarrollo de un individuo. A medida que un ser humano evoluciona desde cigoto a embrión, y de embrión a feto, se va enfrentando a diferentes sucesos únicos que influyen en un sentido u otro en la expresión génica. La probabilidad de que estos sucesos aleatorios sean exactamente los mismos, incluso en dos criaturas gestadas en el mismo vientre al mismo tiempo, es muy baja.


Estos dos factores son los causantes de que los gemelos no posean las mismas huellas dactilares.

¿Por qué no hemos obtenido hasta ahora clones perfectos?

Hay varias razones. Las principales son las descritas anteriormente: es imposible reproducir el ambiente de gestación de un embrión concreto, a no ser que se haga de manera externa, en condiciones completamente controladas, cosa que todavía no es posible.

Además, a diferencia de los gemelos univitelinos, la clonación de embriones no se hace sobre el mismo óvulo del que procede el individuo original, por lo que las mitocondrias que poseerá este clon no derivarán del mismo conjunto. Esto es especialmente relevante en el caso de ciertas enfermedades, que dependen del porcentaje de mitocondrias sanas/mutadas.

Las mitocondrias se heredan del citoplasma del óvulo que, a su vez, ha sufrido un proceso reduccional (cuello de botella). Esto implica que no todos los óvulos de una misma mujer tienen el mismo porcentaje de tipos mitocondriales, por lo que, por simple probabilidad, alguno de ellos puede tener mayor cantidad de mitocondrias enfermas y otro sanas. Un solo óvulo se encarga de proporcionar todo el conjunto mitocondrial que tendrán las células de un individuo. Cada célula, a su vez, habrá recibido un subconjunto aleatorio de mitocondrias, lo que hará que algunas células/tejidos/órganos no tengan el mismo porcentaje de mitocondrias mutantes que los demás.

Hay otro factor similar y que cada día adquiere mayor relevancia: la epigenética. Describe todos aquellos factores no genéticos que pueden ser heredables o influir en la expresión génica y, como consecuencia, en el desarrollo del individuo. En estos factores se pueden incluir proteínas citoplasmáticas que se distribuyen en diferentes porcentajes entre las células hijas, metilaciones del ADN, impronta genómica, etc.

Un tercer punto también a tener en cuenta es la inactivación del cromosoma X que se produce en las mujeres. Todas las hembras de mamíferos somos mosaicos genéticos, puesto que de manera aleatoria y para compensar la dosis génica, uno de nuestros cromosomas X se inactiva en nuestras células en estadíos tempranos. Esto hace que ciertos tejidos que proceden de una célula con un cromosoma X sano inactivo manifiesten enfermedades para las que un genotipo concreto sería heterocigoto.

Todo esto no se puede reproducir (todavía) en condiciones experimentales, lo que hace que cada persona sea todavía más única.

¿Cómo se crea un clon?

Para generar un clon humano sería necesario utilizar un óvulo anucleado (previamente se le ha retirado el núcleo con una microjeringa), preferiblemente del mismo individuo (en este caso tendría que ser mujer) o de su madre, si queremos incrementar las probabilidades de que los mecanismos epigenéticos que sufrió el ser a clonar y/o las mitocondrias que recibió sean lo más similares posibles. A ese óvulo se le inyectaría el núcleo de una célula adulta del individuo original. Con ciertos estímulos, un óvulo con la dosis génica adecuada (23 pares de cromosomas) ya es capaz de generar un organismo completo sin necesidad de esperma.

Esta metodología, sin embargo, presenta algunos daños colaterales, puesto que los telómeros de los cromosomas adultos están más desgastados tras sucesivas replicaciones y no se corresponderían con la edad adecuada a una célula joven. Además, todos esos procesos pueden haber acumulado pequeños errores (mutaciones) que harían que el ADN final del clon no fuese exactamente igual al del ser originario.


¿Cuál es la mayor controversia respecto a los clones?

En este apartado podríamos hablar de los mil y un horrores que se le pueda ocurrir a cualquiera: modificaciones genéticas para desarrollar soldados hiperdisciplinados, generación de trabajadores dóciles y eficientes, obtención de criaturas monstruosas o angelicales... Sin embargo, esto es, ahora mismo, pura ciencia ficción.

Para empezar, la clonación en sí no lograría estos despropósitos, puesto que primero tendrían que derivar de una muy radicalizada eugenesia. No se podrían obtener miles de clones de un soldado perfecto sin haber conseguido antes a ese soldado perfecto; es más, con todo lo que ya he explicado, queda bastante claro que no se podrían lograr clones exactos de dicho soldado (eso sin olvidar que un bebé tiene que ser gestado en un vientre y su desarrollo todavía no se puede acelerar).

Otra de las teorías de conspiración mundial que tanto han llegado a los oídos de la gente (y al haber mencionado la eugenesia es imposible dejarla de lado) es la creación de un clon idéntico de Hitler (Godwin wins!). Señoras, señores, demás entes... seamos serios. Si no es posible obtener un clon exacto, si no estamos en la misma época, si la situación socioeconómica no es la misma y si hemos aprendido algo de la Historia, ¿de verdad creen que es posible que se repitiese el holocausto porque un par de fanatiquillos creyesen que han reproducido al mismísimo Führer?

Ya para terminar con esta aburrida disertación sobre clones y monstruitos, podríamos intentar imaginar un futuro dominado por copias idénticas, mejoradas gracias a avanzadas tecnologías que todavía no existen, con división de roles según el genotipo o, quizá tras varias revoluciones y reivindicaciones o, incluso, desastres genético-sociales, un único genotipo dominante, maravilloso, adaptado a cualquier condición, puramente endogámico...

... que sufriría una extinción masiva en el momento en el que cambiasen las condiciones de nuestro pequeño planeta.

La fantasía y la imaginación son las que hacen posible la investigación; la realidad es la que hace posible la ciencia.

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